Nos parece francamente vergonzoso, una falta de respeto y una burla al país, que el otrora y connotado dirigente concertacionista Camilo Escalona, quien nos trató a todos los radicales en el 2012 de “fumadores de opio” por promover una asamblea constituyente, ahora se ponga en una posición de sabio de la montaña, un verdadero gurú del constitucionalismo, y venga a tratar de dirigir moralmente el proceso de la redacción de la nueva constitución. Incluso hay quien habla de la descabellada idea de una posible candidatura como convencional constituyente… ¡no se le vaya a ocurrir ni en broma!
Justamente personas como usted, las que representan los negociados entre cuatro paredes, tan característicos de las décadas anteriores, son las que no necesitamos para redactar ni directa ni indirectamente la Constitución del nuevo Chile. El estallido social se produjo en repudio a esa forma de hacer política, que usted encarna de forma tan expresa y manifiesta.
Creemos que uno puede equivocarse. Claramente el señor Escalona ha cometido muchos errores doctrinarios y de práctica política a lo largo de su carrera, no obstante, pensamos que tiene toda la posibilidad de arrepentirse sinceramente y enmendar su actuar. Si desea continuar su carrera política, y los electores así lo confirman, nos parece bien. Pero de ahí a ponerse en esa posición de superioridad moral y doctrinaria, que claramente no le corresponde, teniendo un historial tan claro y manifiesto en contra, ya nos parece una sinvergüenzura, como si la ciudadanía fuera idiota y no tuviera memoria alguna. Si, nos dimos cuenta don Camilo, y usted no pasó piola.
Dicho eso, la Convención Constitucional no es el espacio para la reivindicación moral de su nombre, quizás lo sea el congreso, a través de una actividad legislativa rica y beneficiosa para la ciudadanía. Pero recuerde que ahora ya no hay binominal que le asegure el cupo de antemano y eso usted bien lo sabe tras su fallida aventura al Senado el 2017, por lo que va a tener que trabajar el triple para convencer a la gente de que usted no es el mismo de antes.
Finalmente, para las amigas y amigos en el Partido Socialista solo queremos decirles que: “no pisen el palito” de forma tan absurda. Saben tan bien, como nosotros los radicales, que cualquier aventura constitucional de Don Camilo es un error garrafal para todo el progresismo. Le harán un daño tremendo a su propia campaña, y francamente nadie creerá que la constitución del nuevo Chile pueda o deba ser hecha por personajes que representan justamente al Chile de los arreglines, soluciones parches, y acuerdos entre cuatro paredes.