El vergonzoso estado de la oposición que le pavimenta el camino a Lavín

Desde que Piñera arrasó en la elección del 2017, la ex Nueva Mayoría ha entrado en una situación de crisis terminal de los partidos que la componen. Ha habido de todo; casos de corrupción, narcotráfico, falta de acuerdos, llamados de timoneles de partido a disolver su propia tienda[1] y situaciones ridículas como la vivida en la fallida inscripción de primarias presidenciales de fines del mes pasado. Esta crisis, se ha profundizado luego de la elección de constituyentes, donde los resultados fueron adversos para la mayoría de los partidos concertacionistas, unos más, otros menos, ninguno pudo sacar cuentas alegres luego de los comicios.

El primero en sentir los cuchillos fue el presidente de la DC, Fuad Chaín, conocido como “el hombre de las calculadoras”. Chaín no pudo seguir sosteniendo su presidencia en el partido, luego de los paupérrimos resultados en constituyentes, donde el fue el único representante del partido en salir electo. Se fue alegando presiones internas y luchas de lotes al interior del partido.  Esto provocó un terremoto en la DC, que a la larga el costó la candidatura a Ximena Rincón y luego el veto al partido en otros sectores de la oposición[2].

En el Partido Por La Democracia, las cosas no estaban mucho mejor, el presidente de la colectividad Heraldo Muñoz, obtuvo pésimos resultados en todos los frentes, lo que en la práctica cerraba la puerta a la candidatura presidencial que propio Heraldo se había levantado a sí mismo. En el Partido Socialista, las cosas iban un poco mejor, pues obtuvieron resultados un poco más alentadores, pero con manchas muy difíciles de lavar como la del alcalde Aguilera de San Ramón, de quien se saben sus vínculos con el narcotráfico. Los radicales, que tuvieron buenos resultados en todas las elecciones, menos en las constituyentes, no se dieron por enterados de la crisis y continuaron actuando de manera leal a Unidad Constituyente, que después de esa elección quedó moribunda. Carlos Maldonado, quien es candidato presidencial y presidente del radicalismo fue el único que tuvo la altura para mantener la palabra y los compromisos adquiridos con los otros partidos hasta el final, lo que le valió quedar plantado en las oficinas del SERVEL esperando a los dirigentes de los otros partidos, que nunca llegaron.[3] De ahí en adelante se han sabido muchas otras situaciones bochornosas: vetos cruzados entre partidos y personas, arreglos para que compitan uno u otro personero aun cuando su partido hizo una primaria que definió a otra persona y renuncias masivas a partidos.

Por el lado del Frente Amplio y el Partido Comunista, aunque los resultados no son muy distintos a los de Unidad Constituyente, reina la soberbia. Inmediatamente se supieron los resultados de la elección, comenzaron las declaraciones donde se cerraban las puertas a la competencia en primarias con tal o cual partido. Empezaron las sacadas en cara de viejas rencillas y las encerronas políticas, donde lo que brilla por su ausencia es la intención de ganarle a la derecha, más bien es la de ocupar el espacio de la moribunda ex concertación en el espectro político.

En resumen, la oposición se encuentra en delicado estado de salud, como un paciente que se debate entre la vida y la muerte que lucha para dar cada bocanada de aire que le garantice un minuto más de vida. Es curioso, porque la derecha no está en una situación muy diferente, pero aun a pesar de todo se ven en mejores condiciones y con más oportunidades de renovar su estancia en La Moneda. Joaquín Lavín no ha bajado en las encuestas, pero inteligentemente ha sabido mantener el municipio de Las Condes y eliminar a Evelyn Matthei de la carrera[4], dejándolo como la principal figura de la derecha en una primaria testimonial donde lleva las de ganar. Es decir, la derecha no ha perdido un minuto en fortalecer a su candidato de cara a las presidenciales de fin de año.

El estado de desorden generalizado de la oposición no da las condiciones mínimas para ganarle a Lavín, a pesar de todas las graves situaciones de violaciones a los derechos humanos, crisis económica, limitaciones a las libertades democráticas y una infinidad de vulneraciones a la ciudadanía que este gobierno ha perpetrado.

Lavín lleva las de ganar y parece que en la oposición no se han dado por enterados, en la ex concertación por su comatosa situación y en el FA-PC por su soberbia desbordada. Como ciudadanía no nos merecemos otro gobierno de derecha, pero tampoco el bochornoso espectáculo que la oposición nos está dando, donde la pelea interna está por delante de las propuestas y el nuevo Chile que está naciendo. Lo anterior solo abre la puerta a fuerzas populistas con estrafalarias agendas políticas como las de Franco Parisi o Dr. File, que son receta para el fracaso, o bien a una perpetuación de la derecha que tanto daño le ha hecho a Chile.


[1] Heraldo Muñoz: “El PPD ya cumplió su ciclo vital y es hora de superarlo como instrumento político” – La Tercera

[2] Fuad Chahín renuncia a presidencia de la Democracia Cristiana en medio de pugna por candidatura a La Moneda « Diario y Radio U Chile

[3] Carlos Maldonado (PR) descarta eventuales primarias convencionales con Unidad Constituyente: “Los voy a dejar esperando como me dejaron esperando anoche” – La Tercera

[4] Al Consejo de la UDI: la carta con que Matthei explica su bajada de la carrera – La Tercera

Mario Higuera Sánchez

Por Mario Higuera Sánchez

Investigador. Magíster en Historia UNAB.