Escribir esta columna, ha sido uno de los trabajos más difíciles que hemos tenido. La Gaceta Radical tiene una enorme pena, porque Miguel León Prado Oyarzun, uno de nuestros fundadores, consultor, y por sobre todo, nuestro amigo y mentor, nos ha dejado para siempre. Su recuerdo yacerá junto a los grandes próceres del radicalismo, destacando por una profunda calidad humana e intelectual, como muy pocos.
Miguel fue un activo dirigente político desde los años 60 en nuestro querido Partido Radical de Chile. Destacado abogado de la Universidad de Chile y profesor de derecho en la Universidad Central de Venezuela durante varias décadas. Luchador férreo contra la dictadura chilena en los 70 y 80, Miguel también formó a un sin número de dirigentes sociales y políticos de toda Latinoamérica durante su extensa carrera. Su último trabajo político lo realizó hace unos pocos meses en la mega elección de alcaldes, concejales, gobernadores y constituyentes, ayudando en inscripciones y capacitaciones sobre el sistema electoral chileno a las candidaturas del radicalismo.
Así como en el párrafo anterior, podríamos escribir muchas más palabras sobre las innumerables veces que Miguel participó en la educación cultural, doctrinaria, de muchas personas, dirigentes sociales, políticos y en la formación y consolidación de nuestra democracia post dictadura. Dotado de las más variadas habilidades y experiencias de vida, fue consejero de otros tantos, en habilidades blandas, así como en muchos temas personales, demostrando en los hechos y en la continuidad de su vida, ser una persona fraternal y abnegada. A estos insignes valores, lamentablemente escasos en la sociedad de consumo de hoy en día, debemos mencionar que Miguel era de esas personas que siempre dio la pelea por convicciones, en nombre de la justicia, no importándole enfrentar las circunstancias más adversas en nombre del ideal que encarnó. Dijo esas verdades que a veces duele escucharlas, unió esfuerzos con personas quizás lejanas territorialmente hablando, pero cercanas en las ideas.
Al mismo tiempo denunció la corrupción, la ineptitud, y las bandadas de aprovechadores y oportunistas que pululan en los partidos especialmente hoy en día. A propósito de esa calaña en particular, manifestamos que nos da repugnancia vomitiva a quienes vieron en las masivas y genuinas expresiones de dolor por la perdida de Miguel, una oportunidad de lucirse con unas condolencias falsas y mecánicas que nunca sintieron ni empatizaron con Miguel, ni en su calidad personal ni doctrinaria. Como si la muerte de un ser humano fuera un carro alegórico al que subirse a saludar y lucirse. “Alpinistas políticos, orates y aspirantes” diría Miguel. Francamente no diríamos estas líneas, nosotros no le daríamos un ápice de tiempo a esta gentuza, pero Miguel, para el que la verdad y la justicia eran valores inflexibles, el sí lo habría hecho. Lo hacemos ahora en tu nombre hermano querido. Gran amigo, compañero y correligionario.
A pesar de la profunda pena que nos embarga, y las terribles circunstancias de su pérdida, preferimos recordarlo con el cariño fraternal que siempre nos transmitió a nosotros sus amigos, a lo largo de todos estos años. Esperamos que con los años, con un continuo sacrificio por el país, el trabajo por los humildes, autocritica revolucionaria y evolución librepensadora, poder algún día hacer honor y digno homenaje a tu gran legado.
Hasta siempre hermano, nuestro gallo rojo radical, Miguel León Prado.