Sin lugar a dudas, luego del estallido social y la pandemia de coronavirus, nuestra ciudad ha sufrido importantes cambios, y no para bien. La otrora metrópolis latinoamericana, que mucha gente venía a visitar desde otros países, ha pasado a ser una urbe en ruinas y consumida por la delincuencia y la destrucción. En general, toda la zona centro ha alcanzado niveles preocupantes de deterioro. Edificios destruidos, y puertas y ventanas cubiertas con planchas de metal de grueso espesor, son solo algunas de las postales que se pueden tomar en un Santiago, que exhibe tanto para sus habitantes, como para la gente que viene de otros países una descomposición estructural. Se ha perdido mucho del patrimonio de nuestra ciudad. Se han cerrado accesos a lugares que antes eran impensables ver rodeados de rejas, como el Parque de los Reyes[1] y han cerrado conocidos comercios y locales tradicionales de la capital[2], ante la imposibilidad de mantener un negocio en una ciudad en crisis, que cada viernes, se paraliza por completo desde las 18:00, momento en el que las calles se cortan para dar espacio a los enfrentamientos entre la fuerza policial y una combinación entre manifestantes legítimos, cuya participación original viene cediendo todo protagonismo al lumpen que sagradamente llega todas las semanas con la excusa de protestar para realizar vandalismo, lo que viene ocurriendo desde hace más de dos años[3].

Ante esta situación nacen varias preocupaciones; la primera, como es natural, es la inseguridad desbordada que nuestras autoridades no han sido capaces de contener. Se habla de una crisis provocada por las mafias del comercio ambulante y el narcotráfico, que como vimos en la marcha del 1 de mayo, no dudan en usar las armas para proteger “su territorio”, que no son otra cosa que nuestras calles y avenidas[4].

Otra de las preocupaciones, es la dificultad para trabajar que muchas personas tienen en el centro de Santiago; las protestas y luchas constantes en Alameda, obligan a cerrar los comercios, mermando su productividad y afectando el empleo a la larga.

Preocupa mucho, la posible perdida al mediano plazo de valor patrimonial de nuestra ciudad, su calidad de vida y como ello se expresa en la diversidad de realidades de las gentes de Santiago y en sus distintas aristas… La decadente cultura de los barrios en que vivimos y la economía al interior de cada hogar. Esas situaciones que palpamos al día a día y que no son solo una fría estadística. Nuestra ciudad es intransitable por las noches, debido al miedo a la delincuencia, la falta de lugares de esparcimiento y la rendición de las autoridades a esta “nueva realidad”.

Frente a lo expuesto, creo que la solución es no dejar de luchar por mejorar las condiciones de vida de los habitantes de nuestra ciudad, y especial del centro, que es el corazón de la misma. Si no está saludable, es indudable que afectará a todas las partes de la capital.

Santiago: Ante las dificultades, no bajar los brazos.

En los casi 500 años de vida de Santiago, hemos visto pasar todo tipo de situaciones terribles, varias veces ha sido destruida y reconstruida.[5] Pero tenemos que tener claro que es lo que hay que reconstruir en esta ciudad. Hay que abrir los espacios públicos, no cerrarlos. La gente debe volver a transitar con libertad y seguridad por las calles, ya sea de día o de noche. No es tolerable que mafias tomen el control de territorios, sin que la autoridad pueda hacer nada para evitarlo. Hay que hacer un plan de trabajo intercomunal para combatir, y en algunos casos regularizar el comercio ilegal. Hay que incentivar la actividad económica en la zona del centro de Santiago, pero para ello hay que garantizar primero la seguridad de trabajadores y emprendedores.

Todo esto es una difícil tarea que deben llevar adelante los alcaldes y de los vecinos, pero se debe llevar a cabo cuanto antes. Basta de ver como se destruye nuestro centro y no hacer nada, trabajemos por salvar nuestra ciudad. Se debe planificar una mejor ciudad, donde todos tengan espacio para desarrollarse, sin miedo y con igualdad de oportunidades, todos cuentan.

 

Mario Higuera S.

Magíster en Historia.

 


[1] Anuncian cierre perimetral del Parque de Los Reyes ante aumento de hechos de violencia (adnradio.cl)

[2] Bar Nacional 1: cierra la emblemática fuente de soda de Paseo Huérfanos (latercera.com)

[3] Un octubre eterno: ¿seguirán los viernes de protesta? – CIPER Chile

[4] Tres heridos de bala en Chile en una marcha de conmemoración del 1 de mayo | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

[5] La destrucción de Santiago sucedió el domingo 11 de septiembre de 1541 en la ciudad de Santiago, Chile, actualmente en la Región Metropolitana de Santiago, como parte de la Guerra de Arauco, que enfrentaba a españoles y mapuches.

Mario Higuera Sánchez

Por Mario Higuera Sánchez

Investigador. Magíster en Historia UNAB.