5-Sep Un feriado para Talcahuano

Como un justo homenaje al valiente y fraternal pueblo de Talcahuano, y a propuesta de nuestro correligionario profesor Edson Bernal Martínez, Presidente de la Asamblea Radical de Talcahuano, presentamos la siguiente editorial del equipo de La Gaceta Radical.

¿Por que Talcahuano necesita un feriado comunal?

Co. Edson Bernal Martínez

¿Sabías que el pueblo de Talcahuano, con marinos, astilleros y trabajadores, combatieron codo a codo y a mano armada contra una invasión del Ejército a la comuna?

Entérate de los “Sucesos de 1931” en los siguientes párrafos.

Se derrumba el Chile Oligárquico

Tras el “ruido de sables” de 1924 el país estaba bajo influencia de los militares, uno de los cuales, el coronel Ibáñez finalmente se convirtió en dictador en toda regla teniendo una policía política que utilizó para controlar el país a su antojo. A la devastadora crisis económica del salitre, del que Chile dependía en un 90% para sus ingresos, se sumó el Crac del 29 que devendría en la Gran Depresión mundial y el hecho de que la dictadura se endeudó fuertemente.

Carlos Ibáñez durante la dictadura 1927-1931

La década de 1930 comenzó muy mal para nuestro país.

Las causas descritas anteriormente terminaron por enterrar a la tiranía de Carlos Ibáñez, que privada de cualquier apoyo, se vino abajo en la jornada del 26 de julio de 1931, marcada por una espontánea alegría popular que se tomó las calles del país.

Se estableció un gobierno civil liderado por el ministro radical Juan Esteban Montero, destacado jurista conocido por su apego estricto a la ley, el que rápidamente recuperó las libertades públicas, libertó a los presos políticos, terminó con la policía política y se convocaron a elecciones presidenciales para tan sólo dos meses más.

Estas iniciativas le granjearon a Montero una gran popularidad por lo que una gran coalición cívica le pidió encabezar la restauración de la democracia plena como candidato a la presidencia. Si bien rechazó pública y en numerosas oportunidades el ofrecimiento, ante la insistencia que se le hacia diariamente y provenientes de todo el espectro político, finalmente el 19 de agosto, aceptó con su famoso: “me someto”. Montero inmediatamente le entregó el poder al ministro del interior Manuel Trucco porque consideraba inadmisiblemente contrario a la probidad estar en el gobierno y ser candidato al mismo tiempo como ocurrió con Ibáñez en 1927.

En ese ambiente, estrenando nuevamente la libertad de prensa y en plena primavera democrática, el debate político se hizo cada vez más intenso, cuestionándose todas las estructuras visiblemente decadentes del Chile oligárquico. La agitación social estaba presente en todos los espacios del país. En las fuerzas armadas esto no era la excepción…

En el interregno hubo un error garrafal. El Ministerio de Hacienda, estableciendo medidas de saneamiento y austeridad contra la crisis, sumó a la formula una bajada del 40% de los salarios de los funcionarios públicos, que si bien no venia a afectar la vida de los altos funcionarios ni de aquellos que estaban en el seno de las comodidades de la oligarquía, afectó particularmente a la marinería, la que ya tenía pésimos salarios y que con la agudización de la crisis económica estos perdían valor diariamente.

Sublevación de la Escuadra

El llamado sonó una vez y la respuesta fue unánime. El 31 de agosto de 1931, la marinería se sublevó en todo el país, arrestando o desembarcando de los buques a la oficialidad, tomando el control efectivo de la Armada.

Se constituyó un Estado Mayor de las Tripulaciones (EMT) en el Acorazado Almirante Latorre que hizo las veces de representación de la marinería. Si bien nunca se desconoció ni pretendió derrocar al gobierno civil, si se le hizo un fuerte petitorio, exigiéndole soluciones inmediatas en el ámbito laboral, particularmente el tema de sueldos y ascensos.

Acorazado Latorre, buque insignia de la flota chilena. Sus cañones eran los más poderosos de Sudamérica. Por su alto coste de mantenimiento fue blanco permanente de críticas.

Al día siguiente el EMT sumó al petitorio temas de la política contingente, solicitando que:

  • los colaboradores de la dictadura de Ibáñez fueran extraditados y juzgados,
  • se promoviera la organización unitaria de todos los trabajadores del país,
  • “se dividiera y aprovechara la tierra en desuso” en otras palabras: la reforma agraria,
  • que la crisis económica no la pagaran los pobres sino la clase dominante que se enriqueció con la explotación de los humildes.

El Gobierno inició conversaciones con los marineros encontrando aceptables los reclamos esencialmente profesionales, en el sentido de anular la baja de sueldo de quienes ganaran menos de 250 pesos de la época (fundamentalmente la marinería y los obreros de la armada), y limitando la de los oficiales a sólo el 12% del salario. Se concedió el reconocimiento automático de ascensos, entre otras.

No obstante, en el gabinete ministerial hubo presión por parte de “los duros” que aceptando el reclamo profesional legitimo y su solución inmediata, insistían que el acto de negociar con los marineros armados era una suerte de extorsión al gobierno civil y que no debía tolerarse… A un punto más allá llegó el padre de la aviación nacional, quien sería uno de los fundadores de la República Socialista de 1932, muy cercano al socialismo a tal punto de ser homenajeado por el mismísimo Salvador Allende… Hablamos del comodoro del aire Arturo Merino Benítez, quien fue el que propuso la idea de reprimir a los marineros con un bombardeo aéreo.

Arturo Merino Benítez, en una grafica homenaje del Aeropuerto de Santiago que lleva su nombre. Homenaje que curiosamente fue propuesto como Ley por el presidente Salvador Allende, pero que fue completada por la dictadura en 1980.

Así que el Gobierno, consideradas satisfechas las demandas profesionales legitimas, cerró súbitamente las negociaciones, estableciendo en su lugar un ultimátum a los marineros: deponer la “huelga” o atenerse a las consecuencias.

Lo que siguió fue el bautismo de fuego de la Fuerza Aérea de Chile: El bombardeo de la escuadra el 6 de septiembre en Coquimbo… O más bien el intento de bombardear, porque la FACH yerro prácticamente todas las bombas, cayendo estas al mar. No obstante, si se hizo un impacto donde murió un marinero y otro fue herido, a lo que se suman dos pilotos levemente heridos.

Foto de la época del Bombardeo. Muy probablemente los aviones están trucados.

Con estas perdidas, trágicas, pero considerablemente menores de lo que podría haber llegado a ser un acontecimiento de esta gravedad, se cerró el primer combate aeronaval de nuestra historia.

Francamente desmoralizada la marinería en Coquimbo, al día siguiente entregaron los buques al Gobierno, con lo que la sublevación de hecho terminó. Había durado 8 días en total.

No obstante en Talcahuano, la base naval por excelencia, los sucesos tuvieron un cariz más trágico el día anterior al bombardeo en Coquimbo.

Combate de La Puerta de Los Leones

El Combate de La Puerta de Los Leones es un histórico hecho de armas ocurrido en la ciudad de Talcahuano, el 5 de septiembre de 1931. Específicamente en la zona de entrada del “Apostadero Naval de Talcahuano”, conocida como “Puerta de los Leones” por las esculturas de dos felinos que se hallan en ambos extremos de la avenida principal del recinto militar.

Ante la Sublevación de la Escuadra ya descrita anteriormente, en la madrugada del sábado 5 de septiembre de 1931 se pone en marcha la Tercera División de Infantería del Ejército proveniente de Concepción la que en breves horas amenazaba a la comuna.

Talcahuano en 1930. Autor desconocido.
Obtenido en: https://www.enterreno.com/moments/puerto-de-talcahuano-en-el-ano-1930

Comandados por el General Guillermo Novoa, el gobierno envío a los Regimientos “O’Higgins” y “Chacabuco”, los Regimientos de Caballería “Húsares” y “Guías”, así como el apoyo del Grupo de Artillería a Caballo N°3 “Silva Renard” y el Batallón de Tren N°3. El avance de las tropas hacia el puerto fue desde el Sector Perales, en aquel entonces zona rural y de algunas casas quinta, lográndose hacer dueños del Fuerte El Morro, considerado la “llave” de las posiciones del puerto desde la Guerra de la Independencia.

Foto de la época de la entrada a la base naval.

Las ordenes del general Novoa pedían expresamente retomar el control de la base naval de Talcahuano, su apostadero adjunto y los buques que se hallaban en sus inmediaciones, todos los cuales habían caído bajo el control de los sublevados de la Armada.

Luego de los intentos de que la marinería se rindiera pacíficamente, la artillería del general Novoa abrió fuego alrededor de las 15:50 horas. El Ejército de Chile se enfrentó en combate con la marinería y suboficiales quienes en conjunto con los obreros de los arsenales y del dique, son popularmente conocidos como “la gente de mar” y “los compañeritos” respectivamente. Es de especial importancia destacar que la práctica totalidad de estos trabajadores son habitantes de Talcahuano, es decir choreros.

Así, los puntos de mayor resistencia de la población se dieron en La Puerta de Los Leones (que terminó bautizando el combate entero), el sector de “La Gruta” donde la tradición oral menciona que se habría aparecido la virgen, y finalmente el Fuerte Borgoño. De hecho durante la noche las acciones se concentraron ahí.

Al ver que ya llegada la noche y que tras arduas horas de combate la voluntad de pelear de los sublevados choreros no cesaba, el Ejército utilizó una estratagema psicológica cruel para lograr el cometido. Amenazaron con bombardear Talcahuano, su población civil, con ayuda de la recientemente creada Fuerza Aérea de Chile.

Contemplando que si se abría fuego al sector de los cerros y las canchas, una infamia así solo significaría la muerte de sus familias, amigos y vecinos del puerto al estar envueltos en una verdadera zona de guerra, las valientes gentes de mar y compañeritos, a regañadientes, comunicaron su rendición a las 22:00 horas. Habían muerto 14 choreros sublevados, 35 heridos, así como otros 6 soldados de las filas del Ejército.

Epílogo

Para el Ejército significó la revancha frente a la Armada que les había vencido en la Guerra Civil del 91. Para la oligarquía fue a todas luces un retroceso, un triunfo con sabor a derrota, puesto que la orgullosa escuadra históricamente comandada por los hijos de la aristocracia, estuvo, aunque fuera por unos pocos días, bajo el control de las capas más humildes de la sociedad chilena. La jugada había cambiado para siempre. En adelante la aristocracia criolla podría influir pero no determinar la política nacional, la que pasó al control de las clases profesionales y los obreros organizados, que se mantendrían en el poder hasta la contrarrevolución criminal y oligárquica de 1973.

Respecto a los participantes de la sublevación de la escuadra, estos fueron juzgados duramente por un consejo de guerra en San Felipe. Particularmente a los cabecillas se les condenó a muerte y otros a cadena perpetua.

No obstante, el nuevo gobierno del Presidente Juan Esteban Montero, el primero del radicalismo y recientemente electo por más del 64% de los votos en comicios inobjetables, como primera obra conmutó las penas por relegación y felizmente a los pocos meses todos fueron liberados cumpliéndose con el anhelo popular de “libertad a los marinos” que sonaba en todas las concentraciones y marchas en las distintas ciudades del país.

En honor a la historia de lucha y fraternidad de Talcahuano es que merecemos conmemorar a su gente todos los 5 de Septiembre

Recopilación del profesor Edson Bernal Martínez y edición por La Gaceta Radical
Iniciativa de feriado comunal que destaca el valor y visión históricamente comunitaria de tanto suboficiales como personal civil de ASMAR Talcahuano.

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