Fin de la era Piñera: inicia el año de Boric

Nuestro país estuvo bajo una atenta mirada internacional… La contemplación de como Chile cerraba el capitulo post-Pinochet. Y este se salda con una inequívoca paliza electoral por parte del actual diputado por Magallanes y ya incuestionado presidente electo Gabriel Boric Font, en la histórica jornada del domingo 19 de diciembre.

Sin embargo, los desafíos no hacen más que recién comenzar: el triunfo no fue mera casualidad, sino que hay detrás un análisis sociológico mas complejo que involucra varios factores, además de la influencia de la ex concertación y por supuesto, de grandes grupos económicos, aunque haya quien no quiera reconocerlo. Si, el factor dinero también influyó.

El congreso más conservador desde los años 90

 

Las elecciones parlamentarias, marcadas por la alta dispersión de las fuerzas progresistas comprobaron, en los hechos, las advertencias previas. Un desastroso resultado. Se le regaló la mitad del Senado a la derecha, mientras que en la Cámara de Diputados entraron nuevas fuerzas reaccionarias, defensoras del legado de Pinochet, y que sin tapujos obtuvieron más del 10% en la Cámara Baja, lo que sumado a los 53 diputados obtenidos por la derecha tradicional, te otorgan prácticamente el 44% de la Cámara a las fuerzas que con mínimos ajustes pretenden mantener el decadente experimento neoliberal intacto.

“Gabriel tendrá que tener bastante muñeca para gobernar con un parlamento tan adverso y fragmentado, pero al menos demostró tenerla cuando firmó el acuerdo de Noviembre del 2019”

El factor económico

Digan lo que digan, siempre ha sido el factor primordial a la hora de cualquier cambio político. Quien asegure las mejores condiciones para trabajar y vivir será quien capte más votos, o al menos mantener esa percepción.

Kast apeló precisamente a eso, pero le salió mal: los extremistas tanto de derecha o de izquierda siempre espantarán inversiones, por cuestiones obvias, ya que no son garantía de estabilidad alguna y siempre está el riesgo de desgarrar una nación. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en el país hermano de Brasil.

Con Bolsonaro, amigo de Kast, se decía que con las políticas ultra-neoliberales lloverían las inversiones en el país, cuando ha sucedido lo contrario, pues se han visto obligados a aceptar tratos con la China comunista para venderles Soya y mantener la economía a flote. El otro sector fuerte, los equipos de transporte masivo (buses) se ha venido abajo, principalmente por la crisis del COVID-19.

Incluso, la gigante automotriz estadounidense General Motors tenía 2 plantas para la producción sudamericana, una en Brasil y otra en Argentina… ¿Adivinen cual cerraron? Si, la de Brasil, ya que pese a todos los malabares económicos el gobierno del Partido Justicialista deja más garantías para los negocios en Argentina, que la ultraderecha brasileña.

Acá no sucede algo muy distinto: Un gobierno de Boric, pese a la inexperiencia de vastos sectores de Apruebo Dignidad, deja la garantía de que habrá un país comprometido con los derechos humanos, con el acervo de reformas, con una logica dialogante, ni tan enfrentado, ni encrispado, ni menos aún desgarrado.

Además, el programa de Boric incluye un ambicioso plan de infraestructura ferroviaria y de transporte público, inversiones de tal magnitud que siempre se han hecho para periodos de caída y recuperación económica ya que dejan mucho trabajo en su ejecución como también generadores de actividad económica una vez operativos, además de abarcar justamente los tramos donde nuestras autopistas tienen una congestión espantosa, como el tramo Santiago – Talca de la Ruta 5.

El hecho que haya dicho que su presidencia se parecería mas en espíritu a un gobierno socialdemócrata europeo en vez de una intentona bananera, calmó los ánimos, además de incorporar a economistas “concerta” ortodoxos.

Campaña del terror…. Pero al revés

Los sectores más reacios a los cambios del país junto con una parte de los oligarcas echan a andar la maquinita de la “campaña del terror” cuando se abre un proceso de reforma que no les gusta. En ese sentido han abusado de esa posición ventajosa desde toda la historia republicana. La última mas famosa era que si ganaba Alejandro Guillier el 2017 nos íbamos a transformar en “Chilezuela” cuando lo cierto es que si se ha importado una parte de los males que está pasando hoy día el hermano país caribeño ha sido paradójicamente por el mal gobierno de Sebastián Piñera, sin olvidar a la migración descontrolada.

Esta vez, pese al desastre ocurrido en la primera vuelta, que por cierto se veía venir, ya lo hemos hablado en este sitio, el miedo y la campaña del terror esta vez contra el neofascismo dio sus frutos: lo que siempre usaron en contra de procesos de cambio esta vez la gente que apoyó a Boric hizo lo mismo pero en contra de la ultraderecha, y resultó mejor de lo esperado por que además de aumentar en 8 puntos la participación electoral, la paliza fue contundente. El miedo al fascismo fue mayor al de un gobierno con el PC dentro.

Decisiones acertadas tras la Primera Vuelta

Asi Boric se enfrenta a tres amenazas muy concretas:

  • En el legislativo, el panorama es francamente desolador a la hora de sacar y aprobar leyes en beneficio de la gente
  • La necesidad de salir de su coalición abarcando un abanico político más grande para ganar la elección y gobernar
  • La urgencia de la unidad ante el auge de la opción neofascista, que con casi un 28%, obtuvo el primer lugar en la primera vuelta presidencial,

Frente a esa hecatombe, es que muy sabiamente Gabriel Boric cambió el tono del discurso para erigirse como el candidato del pueblo, de la democracia, y contra quienes lo querían posicionar como un extremista, demostró tener una personalidad transversal e integradora. Y lo logró claramente: el hecho de que un par de días después de la desastrosa primera votación el que haya aparecido en la televisión indicando que no darán espacio alguno al crimen, delincuencia y narcotráfico que gracias a Piñera están totalmente desbordados en las poblaciones más pobres, sin duda hizo que los votantes de ingresos más bajos del país se volcaran en masa a votar por él, incluso gente que no lo hizo en la primera votación. Y eso se explica en las altas votaciones en comunas como La Pintana, Puente Alto, Renca o Lo Espejo, en Santiago. Literalmente se bajaron del árbol y lograron introducirse en las capas más vulnerables y desposeídas de la nación.

En paralelo, la incorporación de la ya ex presidenta del Colegio Médico al comando como jefa de campaña, la Dra. Izkia Siches, fue quizás lo más acertado en términos electorales para la zona norte. Si bien ella se crió en un barrio modesto de Maipú, sus raíces familiares están en Arica, lugar donde José Antonio Kast logró una sólida mayoría en la primera votación. La doctora Siches es una persona marcadamente progresista que ha demostrado habilidad para negociar con sectores conservadores, no por nada logró la presidencia del Colegio Médico 2 veces, gremio que hasta el día de hoy sigue siendo mayoritariamente conservador.

Estas habilidades y vivencias se pusieron al servicio de la campaña, conectando con el votante desposeído del Norte Grande, indeciso, a que se inclinara por la candidatura de Boric, frente al fraude reaccionario.

En los valles de la zona central, donde se concentra gran parte de la actividad agropecuaria del país, el voto conservador siempre ha sido muy duro, y para Apruebo Dignidad siempre les ha sido muy difícil entrar a esa zona, sobretodo por temas polémicos para ellos como el rodeo, las carreras de perros o el veganismo.

Sin embargo, gracias al apoyo de las fuerzas moderadas de Nuevo Pacto Social la diferencia logró achicarse llegando a niveles notables en Maule, pero eso en ningún caso impidió el triunfo de Kast, lo que demuestra cierta desconexión de las nuevas generaciones de la izquierda chilena al no lograr tener base territorial en esta zona. En la Araucanía la tendencia fue la misma de siempre, ya que todo el mundo sabe que es la zona más conservadora del país, lo cual será una gran piedra en el zapato con la que tendrá que lidiar el futuro mandatario. Aunque hay que señalar que el hecho de haber adoptado los colores de la bandera nacional en el balotaje y simplificar las propuestas, fueron decisivos, pese a que personajes como el alcalde Jadue, atornillaron hacia atrás en algún momento, pero por lo menos se revirtieron los coletazos de ese impasse, con creces.

En las zonas “lácteas y ganaderas” de Los Ríos y Los Lagos la diferencia fue muy cerrada a favor de Boric, algo imposible de lograr, nuevamente sin el apoyo y despliegue de NPS.

La presión de la otra vereda

Si las cosas se hacen mal, el sector que le llaman “centroderecha” puede lograr recomponerse, despinochetizarse y abandonar el neoliberalismo salvaje, como los partidos socialconservadores y liberales europeos y ofrecer una alternativa de gobierno estable. Un gran problema que ya se empieza a vislumbrar con la recomposición del “Desbordismo” con presencia en el congreso y la decadencia del “Piñerismo” de la derecha criolla, decadencia demostrada tras la aplastante derrota de Sebastián Sichel en primera vuelta pese a tener la campaña más cara de los 7 candidatos. Apruebo Dignidad no deberá cometer el más mínimo error si desea evitar que después una centroderecha renovada llegue y se plante 12 años en el poder con mayoría absoluta, algo que suena imposible en Chile, pero que en otras partes del globo ya ha ocurrido en países que no necesariamente son conservadores. Todo esto sin contar la amenaza reaccionaria: un 45% de los electores vio al neofascismo como una opción viable.

Para el cierre

La derecha perdió el gobierno, pero conserva una influencia tremenda en el congreso, en gobiernos locales y núcleos de poder empresariales. Boric ganó el gobierno, pero no tiene congreso predispuesto a su favor por lo que tendrá que negociar con mucha inteligencia con las otras fuerzas. Los partidos de Nuevo Pacto Social (PS, PPD, PR, DC) tienen una influencia importante para poder generar mayorías, pero al mismo tiempo no tienen la iniciativa política y tendrán que limitarse a opinar sobre la marcha. Es decir, en este panorama político nadie puede llevarse la pelota para la casa.

Dicho eso, es de mi apreciación que el triunfo de Boric aportó cierta calma al país pero los ánimos siguen “calientes” y la economía que viene en declive seguirá así si no se toman las medidas correctas. Los grandes acuerdos seguirán siendo necesarios para sacar el país del atolladero más aún con la composición del congreso, y por cierto las expectativas están demasiado altas, algo que no se cumplirá: el neoliberalismo implantado en 17 años de tiranía y enquistado, aunque suavizado, por otros 30 no se terminan en 4 años sin mayoría en el congreso, menos aún con una tropa de oportunistas que sólo querían una victoria de Boric para obtener un jugosos empleos en el estado, personajes que por cierto aparecen y pululan en cualquier elección de cualquier candidato.

Como radicales el llamado es a estar atentos y cautelosos, porque esto recién comienza. Es nuestro deber informar a la ciudadanía de que no se hagan ilusiones de cambios instantáneos, aun cuando nosotros estemos llanos a aportar en cualquier proceso de cambio que beneficie al pueblo. Fuerzas de grandes transformaciones pero con visiones integrales, centradas y moderadoras como nosotros son muy necesarias, y lamentablemente son las que menos abundarán en este periodo legislativo.

Demás está reiterar nuestras felicitaciones a Gabriel Boric por su triunfo contra la reacción y el atraso, aunque se le viene una labor sumamente compleja, pero como siempre ahí estará el radicalismo para apoyar las iniciativas que vayan en beneficio del pueblo de Chile. Los mejores deseos para este año 2022 que comienza.

Nicolás Cabero Saldías

Por Nicolás Cabero Saldías

Ingeniero en Transporte y Tránsito. Licenciado en Ciencias de la Ingeniería