La importancia de apoyar a Gabriel Boric

Hace unos días nos cayó el balde de agua fría, como un mazazo de realidad nos enteramos de lo que todo el mundo sabía: En Chile el fascismo es una opción viable, y el neo pinochetismo resulta atractivo para muchos compatriotas.

José Antonio Kast, no se alzó como el gran triunfador de la noche por casualidad, y Franco Parisi no fue la sorpresa del día porque sí. Estos demoledores resultados fueron producto de una serie de falencias opositoras, desde pasos en falso, como declaraciones contradictorias de dirigentes de los partidos, hasta fallas garrafales, como no participar de la primaria legal. La oposición dio una y otra vez muestra de como NO hacer las cosas.

En el camino quedó la ex Nueva Mayoría, herida de muerte y con escasa representación popular. Hay que hacer un necesario agradecimiento a Yasna Provoste, que obtuvo casi un millón de votos, ya que la realidad, es que sin su figura probablemente los resultados hubieran sido aún perores.

Apruebo Dignidad tampoco pudo cantar victoria… No se repitió el resultado de la constituyente, la derecha fue la gran ganadora de la noche.

Configuraciones de la Derecha

Al verse impuesto el triunfo de Sebastián Sichel en las primarias de Chile Vamos, iniciativa y mérito que correspondió en exclusiva al núcleo más duro de empresarios piñeristas; la otra derecha, la derecha de los partidos, la de las bases sociales en el campo y la ciudad, hicieron lo que tenían que hacer; aplicar herramientas comunicaciones y populistas para blindar al único, natural y verdadero candidato… que no era Sichel, ese “aparecido de cuarta” que “venía de trincheras enemigas”, como comentaban en los rumores de pasillo. En otras palabras, si se buscaba la unidad de la derecha, justamente con una victoria de Sichel en las primarias esa meta se hizo imposible, ya que el no era representativo de la derecha en la que era un neófito y sus 15 años en la Democracia Cristiana generaron desconfianza en sus convicciones.

Ante el vacío generado se impone naturalmente José Antonio Kast, quien promovió desde el principio el discurso más sencillo posible: quienes buscaban un candidato lisa y llanamente de derecha, y no uno que tuviera coqueteos con el centro, tenían en él a alguien en quien confiar. Así logró seducir a toda la derecha a tal punto, de que poco antes de las elecciones generales, poder pedir que que le trajeran como ofrenda la cabeza de Sichel a quien el establishment le “acerruchó el piso” para consolidar una candidatura única y fuerte de derecha, si bien Sichel en el nombre de las apariencias nunca “se bajó” oficialmente, pero el tempestuoso giro de los apoyos más importantes en un muy breve tiempo fue más que evidente.

Una vez conseguida la unidad del sector, procedió a generar una campaña del terror, donde la dicotomía “libertad vs comunismo” fue la cantaleta de todos los medios de comunicación nacionales. Kast hábilmente logró instalar que Boric más que candidato, más bien es un títere del Partido Comunista, el cual a su vez es el verdadero y gran antagonista, siendo que esta fuerza siempre ha sido marginal en la vida política nacional. Hábilmente supo tocar esas teclas que siempre están latentes en el relato colectivo; la necesidad del orden a como dé lugar, marcial, en la aún portaliana sociedad chilena y la segunda, el miedo al comunismo internacional, donde figuras caribeñas como Maduro u Ortega causan estragos en la mentalidad capitalista y pequeñoburguesa. Es decir, Kast, en un plazo corto, logró salir de la marginalidad política, gracias a la incompetencia de propios y extraños, y sin duda, también a una sesuda y muy bien pensada estrategia. Kast, está en una muy buena posición para ganar, hay que saber cuando el viento sopla a favor de una tendencia y como buen capitán del barco de la derecha, Kast sabe timonear muy bien en los agitadas aguas de la política actual.

El baño de realidad

Gabriel Boric, desde el día siguiente a la elección bebió de este caldo de realidad… Rápidamente apeló al público de Franco Parisi, de quienes, no daba cuenta de su existencia.

Hizo cambios y llamó a la unidad de la oposición, recibiendo sin reparos el apoyo de los partidos de la ex Nueva Mayoría, a quienes antes criticaba ferozmente, también de gremios y otras agrupaciones del mundo progresista. Es decir, comenzó a buscar agrupar a todas las fuerzas progresistas, frente al ascenso del fascismo nacional.

Sin embargo, este esfuerzo aún no es suficiente, falta difusión de ideas y conquistar al votante de más de cuarenta años. Boric debe salir de la Región Metropolitana y Valparaíso, los mejores resultados de Parisi y Kast fueron en el norte, en las zonas fronterizas, donde las deficientes políticas migratorias son el principal tema de discusión y en el sur, donde campa la delincuencia y la crisis económica.

Esta elección no se va a definir por temas ideológicos enfocados a minorías sino por pragmatismo político puro y duro. Los resultados lo dejan muy claro:

  • El voto de Parisi apela a gente que está interesada en mantener su estabilidad económica: responden al individualismo, sea este positivo o egoísta, y por sobre todo desconfían de las falsas promesas de las coaliciones de izquierda y derecha tradicionales.
  • El voto de Kast, por otro lado, apela a un irrenunciable compromiso por la “seguridad”, en la que mezcla a su conveniencia la delincuencia y la legitima protesta social, lo que de una forma u otra responde y aborda el miedo a la inestabilidad que grandes capas de la población sienten.

Boric debe validar su discurso en estas materias o estará perdido.

Gabriel hizo bien en abrir el naipe y juntarse a hablar con sectores fuera de Apruebo Dignidad, pero eso no es suficiente. Hay que salir de la endogamia política y transitar hacia fuera de los partidos y sobre todo a salir del elitismo político.

Para ello, todos los demócratas, nos guste o no Gabriel Boric, debemos no solo apoyarlo con el voto, sino instar cada uno de nuestros familiares y conocidos a hacer lo mismo. Está en juego, no libertad versus comunismo, sino, avances contra retrocesos. Ya hemos visto el programa de Kast, y escuchado a sus partidarios expresar su intensión de llevar adelante una agenda de retrasos sociales, políticos y económicos. El neo pinochetismo duro de la derecha amenaza sin rodeos al sistema democrático, y eso no lo podemos permitir.

Ya fuimos testigos de los casos de Brasil con Bolsonaro y en Estados Unidos con Trump, donde las palabras, acciones, y falta de acciones de sus presidentes han costado la vida de miles de personas. ¿Acaso se les ha olvidado como se disparó el odio en E.E.U.U. donde a los afroamericanos los matan en las calles? En Brasil, la mala gestión en materia del COVID-19 ha costado la vida a miles de personas, y millones de hectáreas del Amazonas han sido quemadas, afectando gravemente el ecosistema y contribuyendo al calentamiento global. Esto, porque el presidente carioca, no cree en las consecuencias ni del virus, ni del cambio climático. El programa de Kast, apela exactamente a estos mismos parámetros.

En Chile nos merecemos más. No podemos dar pie atrás en todos los avances que paso a paso hemos logrado desde el regreso a la democracia y más aun no podemos retroceder en el proceso constituyente, única esperanza de cambios concretos que va quedando.

Kast es una amenaza para el proceso constituyente y para la democracia, no hay que perderse.

El voto para Boric garantiza mantener un estado democrático y la llegada a buen puerto de la Convención Constitucional. No puede ser que después de todo lo que ha pasado después del 18 de octubre se vaya al tacho de la basura, y que los sacrificios, mutilaciones y vidas perdidas no valgan nada. Quedan pocos días para que la campaña de acabe y veamos los resultados, en nuestras manos está el futuro de Chile. Cuando vaya a emitir su voto, humildemente le pido que piense en estas palabras, porque esa pequeña rayita en le voto puede hacer la diferencia entre volver a un pasado funesto o abrir la puerta hacia un nuevo mañana del que todos seamos parte y podamos construir juntos.

Mario Higuera Sánchez

Por Mario Higuera Sánchez

Investigador. Magíster en Historia UNAB.