Un año marcado por el Coronavirus

Sin duda que este año que se va, ha sido muy duro. La pandemia del covid-19 ha sido la peor que ha tenido el mundo desde la Gripe Española y se ha cobrado un montón de muertos, dejando pérdidas irreparables en muchas familias. Esta grave crisis ha hecho añicos muchas economías a lo largo del globo, incluida la nuestra, y ha desnudado las graves desigualdades, precariedades y carencias que enfrentan día a día vastos sectores de la sociedad, además de la tremenda y peligrosa ignorancia que han expresado algunos grupos de personas.

China

El complejo mapa político-cultural de China recuerda a los difíciles conflictos del siglo XX.

Es de conocimiento generalizado que la pandemia se originó en China y en el verano austral se expandió al resto del mundo. El manejo de la situación inicial por parte del gigante asiático fue bastante cuestionable… Pero el peso de la realidad expuso muchos vicios del sistema político chino, y no me refiero al conflicto en Hong Kong, eso es un juego de niños en comparación a la represión y vigilancia social que hace el gobierno sobre los cientos de millones de ciudadanos que viven en China continental, además de la continua asfixia a la República en Taiwán y a la minoría Uigur. Pero no juguemos al empate… La deficiente gestión china no quita ni justifica el desastroso manejo de la pandemia en muchos países occidentales.

Chile

Partiendo por nuestro caso, donde los intereses económicos primaron por sobre la vida de las personas, a tal punto que existe el rumor que en un principio la pandemia se manejó deliberadamente mal como un intento de “atajar” la crisis dejada por el estallido social.

Muy criticada por organismos nacionales e internacionales fue la gestión de Mañalich como ministro de Salud.

Lo cierto es que la falta de ayuda estatal y las migajas ofrecidas por el gobierno, que ellos mismos celebraban haber aprobado, volvieron a colmar la paciencia de la gente que tuvo que recurrir masivamente a organizarse en ollas comunes para sobrellevar el hambre ocasionada por la grave crisis económica. Fue tal la falta de respuesta del gobierno que se tuvo que recurrir a los fondos de pensiones para inyectar liquidez a la economía y evitar un empeoramiento de las condiciones alimentarias, y si bien no es lo ideal haber recurrido a los retiros del 10% de las AFP lo cierto es sirvió para derribar uno de los grandes mitos del neoliberalismo chileno: efectivamente las AFP no son intocables. Esto sin duda calmó los ánimos y forzó al gobierno a tomar una estrategia de verdadero manejo de la situación sanitaria, con muchas falencias, errores estúpidos y medidas sin sentido como los toques de queda que se siguen aplicando hasta el día de hoy, pero alejado de la estrategia criminal adoptada a comienzos de año. Esta pandemia ha terminado de desnudar la fragilidad de nuestro sistema de salud que urge cambiarlo en uno robusto y terminar con las lógicas subsidiarias de Fonasa e Isapres, mientras que por otro lado la crisis ha dejado reflejada la fragilidad de nuestra economía extractiva que sin duda hay que cambiar de paradigma. Para que hablar de los planes de reactivación, estos son un chiste y se verán reflejados en los próximos años.

Del “país sin nombre”

El peor adversario de Trump reveló ser el coronavirus, que le impidió ser reelecto como presidente.

Estados Unidos sin duda ha sido el país que ha sacado la peor parte de la pandemia, es el que tiene hasta ahora la mayor cantidad tanto de contagiados como de muertos. El país, que se vendía como un ejemplo en casi todo, está sumido en un verdadero desastre, lo que los ha forzado a invertir un dineral en el desarrollo acelerado de vacunas y en planes de rescate económico. Se cae por enésima vez el mito norteamericano, que por cierto se ve agravado por las acciones de grupos como los “libertarios”, “antivacunas”, “escépticos” y los unineuronales que promueven el andar sin tapabocas por la calle.

Europa

En Europa también se derriba el mito neoliberal al forzar a los estados miembros a tomar medidas estatistas y keynesianas para paliar la crisis económica, contra todo pronóstico, gobiernos de derecha que hasta hace poco aplicaban medidas neoliberales, como el caso de Francia, han tenido que reconocer la necesidad de tener servicios públicos robustos, lo que aquí aún es un sueño.

Sin duda que el tener un bloque integrado los ha favorecido en tener una respuesta conjunta, a diferencia del fraccionamiento latinoamericano.

Latinoamérica

El fracaso de la UNASUR y la inutilidad de las iniciativas como el PROSUR ha pasado la cuenta, y por mucho, lo cual obviamente influye en el hecho de que seamos una de las regiones más afectadas del mundo. Demás está decir que la pandemia dejó descubierto al igual que Chile las desigualdades y carencias en el resto de los países de la región.

Esperemos que esto nos haya servido de lección para avanzar en una verdadera Unión Latinoamericana de una vez por todas.

Las diferencias entre un gobierno y otro dentro del continente han sido abismales, y eso lo vemos incluso dentro del vecindario: En Brasil el neofascismo ha dado ejemplo de precisamente lo que no hay que hacer, donde el afán del presidente Bolsonaro por tener funcionando la economía a toda costa y el haber avivado la cueca a grupos negacionistas le ha pasado la cuenta a la nación entera, donde obviamente la peor parte la han sacado los estados mas pobres y los residentes de las favelas. Es tal la situación que los gobernadores de los estados de tendencias que van desde la derecha tradicional al progresismo aplicaron confinamientos en sus distintos territorios contraviniendo al gobierno federal, lo que nos da un ejemplo de las virtudes que podría tener el modelo de estado federal en nuestro territorio nacional frente al centralismo apestoso que nos aqueja históricamente.

Con críticas crecientes respecto a la política económica y el coronavirus, la gestión de Alberto Fernández sigue siendo inmensamente popular en Argentina.

En Argentina la situación fue bastante distinta: el confinamiento temprano fue alabado por la comunidad internacional por la intención de proteger a la población pese a la crisis económica que aquejaba al país trasandino dejada por Macri. Sin embargo, el desgaste producido por este y la falta de capacidad le han pasado la cuenta, lo que explica la sensación de fracaso dentro del país. Aún así los planes de recuperación y estimulo son bastante buenos en relación a los de los vecinos. La actividad industrial de este año, con coronavirus, presenta mejores índices que el año pasado, con macrismo. Poco a poco se observa el repunte del crecimiento económico, que si bien sigue en cifras humildes, ya haber frenado la contracción económica es todo un logro para la alicaída economía argentina

Desafíos venideros

Pero más allá de seguir hablando de la pandemia y el manejo de esta en distintos países, lo cierto es que las crisis traen cambios, en palabras del mismo Albert Einstein, y en este caso no será la excepción. De nosotros depende desbaratar el neoliberalismo de una vez por todas y avanzar en un nuevo modelo económico más justo y amigable con el medio ambiente. La revolución de la robótica, la economía circular y el teletrabajo son desafíos enormes que deberemos afrontar pero que a la larga no tengo ninguna duda que nos terminarán beneficiando. Los desafíos a nivel nacional también son enormes: ya hay un proceso constituyente en marcha cuyo resultado determinará el futuro del país por muchas décadas, además del resto de las elecciones que se realizarán durante el 2020. Urge a nosotros el difundir nuestras ideas que sin duda creemos que son la solución a los problemas nacionales, ya que más que nunca son necesarios cambios a la raíz y una transformación permanente de la sociedad, a lo que el Radicalismo chileno siempre ha apuntado.

Finalizar señalando que la victoria del pueblo boliviano frente al golpismo, y por otra parte, la legalización del aborto en Argentina son grandes esperanzas que nos abren a que el 2021 probablemente sea un mejor año que este, pero que no estará exento de dificultades: las economías se deben recuperar, la vacunación recién comienza y tomará largos meses, además de la posible aparición de nuevas mutaciones del virus.

Con todo esto en mente, con toda la fuerza y decisión para seguir construyendo una Latinoamérica y un mundo más justo, fraterno y en paz, solo queda desearle a todas y todos un excelente año nuevo.

 

Nicolás Cabero Saldías

Por Nicolás Cabero Saldías

Ingeniero en Transporte y Tránsito. Licenciado en Ciencias de la Ingeniería