Columna de Opinión de Javier Hormazábal, Presidente de la Asamblea Comunal de Las Condes del Partido Radical.
Ya perdí la cuenta de las veces que mi familia, vecinos y amigos fueron a buscar ayuda a la municipalidad de Las Condes y siempre recibían la misma respuesta: “lo siento, no calificas”.
Esa sensación de abandono constante que nos da el no ser lo suficientemente pobres para tener ayuda, pero tampoco ricos para no necesitarla, es una de las decepciones que mas frecuente sienten los que solo tiene su trabajo para llegar a fin de mes.
Ahora sumemos el hecho denunciado ante el Ministerio Público por los concejales Catalina San Martín, Catalina Ugarte, Patricio Bopp, Leonardo Prat y Sergio Melnick: la Municipalidad de Las Condes pagó el doble por una casa para construir un CESFAM, en total más de 430 millones de pesos sobre el valor de otras casas exactamente iguales y en el mismo barrio.
No nos confundamos, al igual que con todo el Estado, esos 430 millones de pesos provienen en gran parte de nosotros, las personas comunes y corrientes que pagamos impuestos y somos parte importante del financiamiento de las instituciones.
¿Cómo se sustenta el rechazar a vecinos que supuestamente no califican para beneficios si a la vez se regalan 430 millones de pesos?. Sabemos que esta pregunta no será respondida, pues nos acostumbramos a que hay una parte de Las Condes que es ignorada desde hace años.
Nos acostumbramos a que en Nueva Bilbao hay menos seguridad que en el resto de la comuna. Nos acostumbramos a que en Padre Hurtado Sur desde Bilbao hasta Colón no instalarán cámaras de seguridad a pesar que han robado casas cuyos dueños cometieron el error de ir de vacaciones, y han asaltado a vecinos que solo iban a tomar micro para trabajar. Nos acostumbramos a que, en Vital Apoquindo, Paul Harris y Fleming nos sintamos como vecinos de segunda categoría donde solo somos visibles cuando nos transformamos en votos para las elecciones.
Seamos claros, ninguno de los vecinos de nuestros barrios quiere que les regalen dinero o ayuda, sino que simplemente ser reconocidos por lo que realmente tienen y no lo que la municipalidad mediante un formulario cree que tenemos. No es normal que casi debamos esconder nuestros televisores y muebles para que no crean que somos ricos, porque no por vivir en Las Condes lo somos.
Lo único que se pide es que quizás esos 430 millones de pesos regalados puedan ser destinados a abogados que ayuden a los vecinos en todas sus dudas y no solo atiendan causas de familia los días en que la gente trabaja y no puede asistir; o quizás que parte de esos 430 millones de pesos se destinen a más cámaras de seguridad en aquellos lugares donde sabemos que se roba y trafica, sin exigir que los vecinos tengan que poner parte de su bolsillo para tenerlas.
No son regalos lo que se pide, sino que el dinero de nuestra comuna, que no es poco, permita romper la sensación de abandono y de ser vecinos de segunda clase.
Las Condes tiene diversidad socioeconómica y cada uno de nosotros la conformamos. Merecemos ser representados y estamos trabajando como Partido Radical para lograrlo.
Las Condes somos Todos.