Introducción
Jessali Zarazua es una joven mexicana, feminista y de izquierda progresista. Ella es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con una especialidad en Relaciones Internacionales e Historia de la Diplomacia en la Université Paris-Sorbonne, Paris IV en Francia.
Actualmente es Subsecretaria Nacional de las Juventudes de Izquierda del Partido de la Revolución Democrática. Se desempeñó como Subsecretaria de Relaciones Internacionales del Comité Ejecutivo Nacional del PRD entre 2016 y 2018. Actualmente se desarrolla como analista de política internacional en medios de comunicación nacional e internacional y como ensayista. Sin más preámbulo pasemos a la entrevista.
La Entrevista
Muchas gracias Jessali por acceder a responder las preguntas de La Gaceta Radical. Nos interesa conocer un poco más sobre la realidad en México y en particular nos gustaría partir sabiendo más de ti: ¿Cómo empezaste a interesarte por la política en general?
Muchas gracias a Esteban Kuhlmann, y a las y los amigos de la Gaceta Radical por este espacio, reciban un abrazo solidario desde México, me siento muy afortunada por compartir este espacio con ustedes. Te cuento Esteban que mi interés por la política comenzó desde que yo era muy pequeña y veía los debates parlamentarios por la televisión, era algo que me entretenía mucho y que para las demás personas era algo extraño, debido a que en mi familia nadie ha sido cercano a la política, ni se han visto involucrados en el ámbito gubernamental.
Cursando la preparatoria me involucré en actividades políticas, consultas y también en protestas para mejorar la calidad de vida estudiantil, por lo que fui electa consejera Universitaria de la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México a los 17 años. De esta manera pude llevar las preocupaciones de la comunidad estudiantil a los espacios de toma de decisiones, dándome cuenta de que la política es un instrumento para empoderarnos y transformar nuestras realidades. Además, comencé a trabajar en un programa de becas para las juventudes del nivel medio superior, siendo mentora y enlace con algunas escuelas, dándome cuenta de que, a través de políticas públicas adecuadas, es posible que menos personas jóvenes abandonen sus estudios.
Durante la Universidad tuve bastante activismo político en protestas que respondían a la coyuntura nacional, como el incremento de la violencia y las desapariciones, la disminución al presupuesto para la educación, a favor de la legalización de la marihuana, en contra de reformas estructurales y demás temáticas que agraviaban a la ciudadanía. Además, mi participación y organización de cafés-debates con temáticas de izquierda consolidó mi formación e ideología política.
¿Por qué decidiste militar en las Juventudes de Izquierda del PRD? Y ¿Con que persona o ideólogo/a te inspira en su manera de hacer política?
Son muchas las razones por las que yo, como muchas otras personas, seguimos simpatizando y militando en el PRD. Nuestro partido es único y tiene una magia que cautiva. Es el instituto político que logró en sus inicios sumar a la más amplia diversidad de la izquierda mexicana, en su seno confluyeron hombres y mujeres que buscaron ampliar los derechos políticos y ciudadanos en México para lograr la democratización del régimen político, del sindicalismo, de las políticas sociales, así como un mayor y mejor reparto de apoyos al campo. Hoy, el PRD aglomera las grandes transformaciones que nuestro país ha tenido en materia electoral, transparencia, rendición de cuentas y por el respeto al Estado laico. Somos la conformación política que le ha dado a México los grandes cambios políticos, económicos y sociales que no teníamos hace 30 años y muchos de estos han sido históricamente impulsados por las juventudes, como hacedoras de transformación.
Asimismo, nuestro partido ha buscado siempre que, en nuestro país, las poblaciones vulnerables tengan voz en los órganos institucionales. Tal es el caso de las mujeres, la comunidad de la diversidad sexual, las comunidades indígenas y las juventudes. Por esta razón, desde las juventudes impulsamos una agenda donde plasmamos una visión hacia el futuro y post pandémica para las personas jóvenes mexicanas, así como refrendamos nuestras propuestas más significativas como el derecho a decidir, la regularización de la marihuana, el orgullo de la diversidad sexual, la necesidad de una educación de calidad, la agenda medioambiental y de cambio climático, el uso de las nuevas tecnologías, entre otras. Son por estas razones que estoy muy orgullosa de mi militancia, la cual va en sintonía con mi ideología, valores, creencias y estilo de vida. No tengo duda de que somos la verdadera izquierda democrática y progresista.
Finalmente, una de las personas que me inspira en mi quehacer político cotidiano es Rosa Luxemburgo, quien fue defensora de la democracia en el seno de la socialdemocracia y de la Segunda Internacional. Ella logró combinar la teoría y la praxis con sus intervenciones en congresos y debates, siendo de una izquierda radical, aunque crítica, que le apostaba a la movilización social de las masas. Coincido con ella en que los partidos políticos deben de verse como un instrumento y escuela de formación para la ciudadanía, además de que deben impulsar la construcción de futuros cuadros políticos críticos. Es considerada una gran dirigente marxista, además, argumentó en favor del internacionalismo como forma de pensar y de vivir.
¿Podrías contarnos cómo ha sido el manejo de la pandemia por parte del Gobierno mexicano? Y ¿Cuáles van a ser los desafíos luego de superar esta crisis?
Desgraciadamente el manejo ha sido muy malo. México es el cuarto país con mayor número de personas fallecidas por COVID-19 con 239,997 casos para finales de julio, cifra que seguirá aumentando puesto que nos encontramos ante la tercera ola de contagios. Además, México tiene el índice de letalidad más alto entre las 20 naciones más afectadas por la pandemia, según la Universidad Johns Hopkins, con una tasa de 8.7 muertes por cada 100 pacientes contagiados. Ante estas cifras alarmantes, la administración actual niega esta información y mencionan que se está sobreestimando el número de muertes y que, si bien estamos ante el mayor número de contagios, las actividades laborales y económicas deben continuar con su reapertura. El gobierno ha actuado tarde desde el comienzo de la contingencia sanitaria, además de que las medidas que se han tomado han sido insuficientes.
México comenzó el combate de la pandemia del COVID-19 con una infraestructura hospitalaria deficiente y con un presupuesto disminuido por los recortes justificados en una falsa “austeridad republicana” impulsada por la nueva administración. Esto afectó en gran medida la atención a los enfermos. Se siguió la estrategia de países europeos como Italia y España que habían reaccionado lentamente. Aun así, México optó por permitir que la epidemia llegara al país y una vez que estuviera aquí, mitigarla y aplanar la curva. El resultado es que, hasta la fecha, la epidemia no se ha mitigado y la curva nunca se aplanó.
Los errores continuaron con el programa de vacunación. Aunque se debía priorizar ciertos grupos como el personal de salud, el gobierno decidió darles prioridad a los maestros. Asimismo, se decidió priorizar a poblaciones rurales sobre las urbanas, estas última donde hay mayores contagios. En conclusión, sólo se actúa en contra de las estrategias científicas más eficaces para acabar con la pandemia y así se sacrifican más vidas humanas.
Ante esta coyuntura, uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos es la recuperación económica. En México, la pandemia hundió a la economía un 8.5% en 2020. El Banco Mundial espera que la economía mexicana crezca un 3.7% en 2021 con respecto al 2021, siendo una estimación que seguirá ajustándose a la baja. La administración no ha dado apoyo económico a las empresas, ni a la población, para enfrentar la pandemia. Un gobierno que se autodenomina de izquierda ha actuado al más puro estilo neoliberal, el presidente ha dicho que, si una empresa tiene que quebrar, que quiebre.
¿Qué desafíos tiene el PRD en México en los próximos años? ¿Cómo jóvenes latinoamericanos que retos ves en el horizonte?
El mayor desafío al que nos enfrentamos como partido es la próxima elección presidencial del año 2024, para la cual ya estamos preparándonos, acercándonos a nuestras comunidades y escuchando sus necesidades que se han agudizado con la pandemia. No solo se disputará la silla del ejecutivo federal, sino también habrá una renovación de la Cámara de Diputados, de los gobiernos de casi la mitad de los Estados, así como de miles de cargos locales. En este proceso nos acercaremos a la sociedad civil para que, desde los lugares de toma de decisión, impulsen las agendas que el PRD ha acompañado durante años y así defender los principios democráticos, libertades, así como los derechos humanos.
En los próximos dos años, las tareas se concentrarán en fortalecer nuestra iniciativa política que nos vincule con la sociedad, así como a sus sectores populares y de izquierda, es decir, la clase trabajadora, mujeres, jóvenes, diversidad sexual, el sector de la educación y la cultura, las organizaciones ambientalistas, el sector empresarial, por mencionar algunos. Nuestra estructura, como una red organizada y activa, debe de seguir siendo el reflejo de las causas y demandas de la sociedad.
La izquierda democrática debe continuar siendo una fuerza que transforme. Por esta razón, de cara al próximo Congreso Nacional que se realizará a finales de este año, el PRD entrará en un proceso de cambio desde el punto de vista organizacional y en el de la acción política, así como en una ampliación de su agenda programática, que responda de mejor manera a la pluralidad de la sociedad, así como a su diversidad social, cultural y política. Esto con el fin de ser el mejor instrumento y vehículo para la participación de la ciudadanía en la vida pública del país.
El PRD es un partido con participación y visión global, de esto son un reflejo sus juventudes, quienes vemos como principales retos para nuestra América Latina una diversidad de coyunturas que se están presentando.
Asimismo, el cambio climático y sus efectos, así como su vínculo con la aparición de nuevas y más graves enfermedades, es un gran reto que no han podido resolver los instrumentos internacionales, como lo es el Acuerdo de París.
¿Cómo enfrentar estos desafíos? En general, debemos de partir de nuestras fortalezas como región. Apostarle a una mayor y mejor educación, aunado a una política social pro juventudes, así como impulsar un sistema de bienestar social. En el aspecto económico, deben de detonarse las inversiones públicas tomando en cuenta el desafío climático ambiental, todo esto con Estados activos que enfrenten las grandes discontinuidades del mundo contemporáneo.
Sin lugar a dudas hay una ola feminista que ha azotado las tierras latinoamericanas… ¿Cómo crees que ha influido esto en la participación femenina en distintos espacios políticos que antes estaban reservados solo para hombres? ¿En tu experiencia personal cómo es ser mujer en política?
Como mencionas, no cabe duda de que la marea verde avanza con fuerza y no habrá retrocesos en los derechos que hemos conseguido. Sin duda, ha habido muchísimos cambios en los últimos años y cada vez vemos una mayor participación de las mujeres, tanto en política, como en los espacios de toma de decisiones. Sin embargo, aún falta mucho camino por recorrer, empezando para que en cada país sea reconocido el derecho a decidir, así como que cada vez haya más mujeres jefas de Estado, parlamentarias, dueñas de empresas y lideresas en los distintos ámbitos.
Los espacios políticos los hemos ido ganando con el movimiento feminista y con la ayuda de instrumentos internacionales, como el Plan de Acción de Beijin, las Conferencias Mundiales de la Mujer o la Convención de Belem do Para. A nivel nacional, las acciones afirmativas han permitido que cierto número de mujeres sean candidateadas a los puestos de elección popular o bien que formen parte de la estructura y la dirección de los partidos políticos. Cada mujer que es presidenta, gobernadora, diputada, etc., inspira a las niñas y adolescentes a que piensen que lo que ellas quieran estudiar y dedicarse al crecer, es posible, a la vez que se anima a más mujeres a inmiscuirse en política y que dejen de verlo como un espacio solo para hombres.
No obstante, aún hay muchos retos y barreras que debemos de tirar. Siguen existiendo estereotipos sobre cómo las mujeres crecen en política, que solo es por favores sexuales o por un lazo sentimental o de familia con algún dirigente. Así mismo, dentro de los partidos políticos, aún no se rompe el pacto patriarcal en su totalidad, debido a que siguen habiendo prácticas machistas y misóginas en el quehacer político, aunque estoy segura que poco a poco irán desapareciendo. Por eso es importante que las juventudes de izquierda latinoamericanas se capaciten y se deconstruyan respecto a estos temas, que muchas veces son visto exclusivos de las mujeres. No olvidemos que la izquierda debe ser feminista, sino no es izquierda.
Afortunadamente, en mi trayecto político me he cobijado en una red sororaria de grandes feministas a quienes admiro y quiero, algunas perteneces al partido y otras más a la sociedad civil, pero todas militantes del feminismo. Ellas me han acompañado en mi proceso de deconstrucción y a emprender formas nuevas de hacer política, más allá del heteropatriarcado, es decir, de la lógica del poder por el poder. Sobre todo, he aprendido que lo personal es político y que no podemos aceptar, solapar o permitir ningún tipo de violencia hacia nosotras al interior de nuestro partido político, que la verdadera democracia siempre buscará la decisión conjunta de hombres y mujeres.
¿Cuál es el rumbo que deben tomar los países latinoamericanos para lograr una verdadera comunión y cooperación entre sí? ¿Piensas que podemos lograr una Unión Latinoamericana?
América Latina debe de buscar una integración política, económica y social para palear sus principales problemáticas a través de la cooperación regional. Por ejemplo, debemos de atender como bloque los graves efectos del cambio climático que impactan más en nuestros países, desde el aumento del nivel mar, la pérdida de biodiversidad, el aumento en la temperatura, hasta cómo lidiar con el estrés hídrico. Deben de darse soluciones conjuntas a los problemas regionales para convertirnos en una región que dirija los asuntos de la política internacional, que sea parte esencial de la agenda global y sus debates; esa debería de ser la meta por alcanzar. Lo cierto es que, la cooperación internacional tendría que ofrecer respuestas integrales y coordinadas entre organismos internacionales, gobiernos y poblaciones afectadas por el COVID, sin embargo, ha demostrado su fragilidad y una falta de liderazgo internacional, así como confusión entre los principales actores. Por esta razón, la cooperación debería de reforzarse a nivel región, en este caso en América Latina, para así extenderse al mundo.
Vemos con preocupación que el multilateralismo, pilar de la cooperación, atraviesa por su peor momento. Políticas nacionalistas y populistas se han vertido contra decisiones colectivas y de gobernanza global para la gestión de problemas públicos mundiales, además, el COVID ha demostrado que todos los Estados han reaccionado de manera individual. Lo anterior, ha devenido en que las acciones de gobiernos latinoamericanos se basen en esquemas de prueba y error, dejando de lado la cooperación, así como el intercambio de experiencias, tanto exitosas, como fallidas. También observamos que, en algunos casos, la crisis sanitaria se está volviendo una crisis política. En este escenario nos podemos preguntar, ¿qué pasará con la agenda 2030?, entendiéndola como una agenda global que debería unir no sólo a la región, sino al mundo, para ver a la salud como bien público mundial, así como a otras agendas de gran importancia que por el momento se han perdido de vista.
Ante esta coyuntura, ¿es posible la integración latinoamericana? Sin duda este es un tema que siempre ha sido proclamado, pero a su vez postergado, pero el que seamos un gran espacio común conlleva a la necesidad de tener una voz unida. Por ejemplo, un mercado integrado de 650 millones habitantes construiría un seguro frente a perturbaciones de oferta o de demanda generadas fuera de la región. Además, los desafíos son comunes como el rezago social, la brutal desigualdad, la educación, las instituciones frágiles y su gobernanza, escasa competitividad e innovación junto con el atraso tecnológico, insuficiente ahorro e inversión interna, la violencia, el crimen organizado, la migración, la crisis de derechos humanos y las crisis económicas.
También debe de haber mayor voluntad política que impulse una iniciativa nueva que involucre a todos los Estados de la región, no solo en los temas económicos, sino que impulse políticas comunes sociales, ambientales, etc. Además, se debe insistir en la conexión física de nuestro continente, tanto terrestre, como marítimo, ente el Atlántico-Pacífico, como ente el Norte-Sur. Debemos promover la certeza del dialogo político para enfrentar de manera colectiva los procesos de este mundo turbulento.
Hay que reconocer que ya no existen las condiciones de la integración del siglo XX y que estamos ante un cambio de época. Debemos enfrentar los nuevos retos de estos tiempos incrementando la movilidad de personas, profundizando los intercambios culturales y educativos y arrancando una clara y programada convergencia entre los distintos esquemas regionales de integración. Debemos profundizar la democracia, más allá de una forma de gobierno como una forma de vida en los espacios públicos y privados.
Para finalizar: ¿Qué mensaje podrías darle a quienes te leen acá en Chile? Y en especial a las y los militantes del Partido Radical de Chile.
Muchas gracias Esteban y amigos y amigas del Partido Radical de Chile. Pareciera que nuestras realidades son muy lejanas, que lo que vivimos en México podría llegar a ser completamente diferente a lo que se vive del otro lado del continente. Sin embargo, estoy segura de que cuando lean estas líneas nos daremos cuenta de que estamos más cerca que nunca, tanto en nuestros retos, como en nuestras problemáticas, pero más importante, respecto a nuestra pertenencia a la izquierda, a las causas de nuestras sociedades y a nuestras aspiraciones para hacer de nuestros países un mejor lugar para las poblaciones vulnerables y la sociedad en general, dónde haya más y mejores oportunidades para todos y todas.
Las nuevas tecnologías nos han acercado, a pesar del distanciamiento social derivado del COVID, contamos con herramientas digitales que nos permiten conocernos. Debemos aprovechar la riqueza de escucharnos los y las unas a las otras, así como de compartir nuestras experiencias, de lo que nos ha salido bien y mal para generar conocimiento colectivo que beneficien a nuestros institutos políticos.
Ustedes cuentan con aliados y aliadas en el Partido de la Revolución Democrática y en sus Juventudes. ¡Qué viva nuestra América Latina! ¡Pluralidad en el pensamiento, Unidad en la acción!